Aquí está la papa

Era un simple postre de leche nevada más, pero la magia de los dos inmortalizó el momento y todo se fundió en un exquisito bocado de un Tú y Yo.

No había pie de limón, pero se atrevió a desafiar el horno y claro, la maza quedó chicle. Sin embargo, aquel pie sabía como los dioses. Era cierto, pues bajó de internet la receta de un pie de limón verdadero, y aunque eché muchas bromas en la canción inventada, no pude decirle que le había quedado super rico.

Ya antes me había cocinado un queque, que sensual y coquetamente me pidió que lo probara, llevando mi imaginación al más exótico pensamiento. Y claro, lo encontré raro, no era de los que yo comía, le había puesto maicena y eso le daba una consistencia distinta. Pero aquel queque oloroso me lo comí entero pensando en sus manos y en el amor que puso en ello. Mi lengua quedó con gusto a poco, pues aquel queque estaba sabroso.

Y por último, cocinó para mí un plato que llamamos "Carne a la Molillico" por una conjunción de palabras, entre ellas "Molida", "Llico" y "Llico" de rico, que como dice el nombre es carne molida con salsa de carne e ingredientes especiales. Esta vez sus manos de mariposa revoloteando en la cocina de una olla a otra, de un fuego a otro se movían como el más perfecto director de orquesta, dando por resultado un plato contundentemente exquisito.

Después de todo esto, bien vale la pena un postre de leche nevada...no creen?

PD1: Feliz segundo mes, te amo.